RECOMENDACIONES DIETÉTICAS PARA EL PACIENTE CON HIPERCOLESTEROLEMIA
El pulsiximetro, nuestro aliado contra en COVID 19. ¿Hora de adquirirlo?
Con la infección por virus Sars cov 2 se ha detectado que algunos pacientes presentan una saturación de oxígeno en sangre muy baja, pero a pesar de ello no tienen problemas para respirar. Es una disnea progresiva a la que el cuerpo se adapta y que se tolera bien en reposo, se la denomina con el término “Hipoxia silente”.
A diferencia de otras enfermedades respiratorias, la provocada por Sars Cov 2 puede privar al cuerpo de oxígeno lentamente sin causar problemas para respirar evidentes para los pacientes y familiares al inicio de la enfermedad.
Algunos pacientes tienen una oxigenación en sangre tan baja que se esperaría que fueran incoherentes o que estuvieran en shock. Sin embargo, están despiertos, tranquilos y receptivos, hablan con los médicos y usan sus teléfonos móviles.
En algunas ocasiones, para cuando algunos pacientes presentan sensación de disnea o sienten presión en el pecho ya se encuentran en una situación grave.
Esta circunstancia diferencial de la infección y la forma de valoración médica actual (telemedicina), en la que el médico no tiene contacto visual con el paciente y que carece de datos exploratorios muy importantes (Frecuencia cardiaca y respiratoria, TA, Saturación O2, etc.), hace más complicado la detección de cuadros graves.
Muchas enfermedades respiratorias agudas pueden provocar rigidez en los pulmones debido a la inflamación, la cicatrización o la acumulación de fluidos y pus. Esta rigidez pulmonar afectaría a la capacidad de un paciente de expulsar dióxido de carbono (CO2) y la acumulación de este gas es un potente detonante de nuestra necesidad de inhalar y sensación de ahogo.
Parece que ninguno de estos detonantes se activa al inicio de la enfermedad en muchos pacientes con COVID-19. En las primeras etapas de la enfermedad, los pulmones de muchos de estos pacientes siguen siendo elásticos.
Además conforme la saturación de oxígeno en sangre disminuye poco a poco, la frecuencia respiratoria aumenta de forma gradual para compensarlo, lo que expulsa una gran cantidad del dióxido de carbono del cuerpo.
Esta curiosa circunstancia ya se había observado en la hipoxia que sufrían algunos alpinistas y pilotos de aeronaves. Conforme asciendes, la presión atmosférica desciende, lo que significa que hay menos moléculas de oxígeno en cada aliento, pero la respiración rápida sigue expulsando dióxido de carbono.
Los tejidos pueden recibir más oxígeno por esta mayor frecuencia de la respiración y cardiaca, siempre y cuando el corazón siga latiendo.
Este no sería un proceso fisiológico bien tolerado a la larga por el cuerpo humano y más en pacientes que ya tuvieran patologías previas de pulmón o corazón. Esta situación mantenida en el tiempo puede suponer un estrés muy perjudicial para la función cardiaca que puede desencadenar en una disfunción o insuficiencia cardiaca grave en determinados pacientes.
Un primer paso de interés sería concienciar sobre este síntoma silencioso de la COVID-19, ya que un paciente podría acudir al centro sanitario en una etapa más temprana de la enfermedad, antes de empeorar y necesitar ventilación asistida.
Un segundo paso sería la valoración de la medida del oxígeno en sangre (Saturación de oxígeno) por parte del paciente en su domicilio. El pulsiximetro es un dispositivo simple que se puede tener en casa y que podría ayudar a supervisar esta hipoxia silenciosa.
La saturación del sistema sanitario y el miedo por acudir a centros sanitarios en esta pandemia está retrasando en contacto y valoración médica, en ocasiones, demasiados días. Demorando un correcto diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Este estrés orgánico y cardíaco a la que expone el Sars CoV 2 hace necesaria evitar demorar esta atención y en mantenimiento de esta hipoxia bien tolerada demasiados días.
La supervisión por parte del paciente o familiares de la saturación de oxígeno nos puede poner en alerta y advertirnos de la necesidad de consultar con nuestro médico de referencia.
Desde hace muchos años dentro del botiquín que tenemos cada familia en nuestra casa ha estado el termómetro, desde hace menos, también muchos de nosotros hemos adquirido un medidor de tensión arterial. Parece que con esta crisis sanitaria del siglo XXI podría ser el momento de introducir el pulsiximetro en nuestro botiquín.
La pulsioximetría es una técnica médica no invasiva que permite conocer la saturación de oxígeno de una persona. Se realiza gracias al transporte de oxígeno que llega a través de la hemoglobina hasta las zonas límites de las extremidades. De esta manera, puedes entender el motivo por el que se mide el oxígeno en la yema de los dedos: si el oxígeno es correcto, el resto del cuerpo está saturando (oxigenando) de forma adecuada.
Con unas simples instrucciones, el paciente mismo podría medirla.
Es muy importante entender que el pulsioxímetro es un aparato inventado por humanos y fabricado en serie, así que tiene un margen de error, puede fallar. Resulta muy importante que se comprenda esto para no alarmarse si se encuentra con una lectura baja, esto no significa que tenga problemas respiratorios de forma segura.
No todas las personas funcionan con la misma saturación. Una persona mayor no satura igual que un niño y, desde luego, no sufre las mismas variaciones.
Nos puede servir, dentro de un episodio de infección por Sars Cov 2, para mantenernos controlados y si existe una medición baja o dudosa siempre consultar con el médico.
Si tras hacer la medición, la pantalla del pulsioxímetro da una saturación de oxígeno entre 100% y 95%, estaría dentro de los valores de buen control.
Valores por debajo de los de referencia, y después de varias medidas y uso correcto, si se mantienen, es conveniente consultar con el médico de atención primaria. Si los valores son menores de 90% se consideraría necesaria una valoración médica precoz.
Hace años, el coste del pulsiximetro hacía inviable poder pensar tenerlo en nuestros domicilios. Pero hoy en día la cosa a cambiado mucho.
El precio de un pulsioxímetro depende de las necesidades que tengamos, la marca, funciones y características. La mejor opción para el uso familiar sería el Pulsioxímetro de dedo que es portátil y tiene un pequeño tamaño.
El precio de un pulsiximetro estándar suele rondar los 20 euros, aunque los modelos más avanzados pueden alcanzar unos 40 o 50 euros. También existen otros modelos más profesionales a partir de los 100 euros.
La mejor opción sería adquirirlo en establecimiento sanitario de referencia, una farmacia o consultar con su propio médico de atención primaria cuál podría ser la mejor opción de todas las existentes en el mercado.
Como toda acción de control hay que utilizarlo siguiendo las instrucciones dadas por el dispositivos, profesionales sanitarios y con cierta prudencia, tomándolo como una medida de orientación para valorar la necesidad de atención médica.
El huevo dentro de una dieta saludable
“MANDAN HUEVOS”
En relación a su composición la ovoalbumina es una proteína de alto valor biológico con todos los aminoácidos esenciales. La colina está implicada en la formación de las membranas celulares y los carotenoides son muy bioactivos. La luteína y la zeaxantina son importantes para la retina.
Son ricos en minerales (selenio, fósforo, yodo y zinc) y vitaminas D, B2, B12, ácido pantoténico y niacina.
La grasa del huevo (11%) está en la yema y contiene unos 200-230 mg de colesterol por unidad.
Con respecto a sus Ácidos grasos (AG) la mayor parte son insaturados (5 g/100 g de monoinsaturados y 1,2 g/100 g de poliinsaturados), mientras que solo 3 g/100 g son AG saturados.
Su riqueza en colesterol ha hecho que tradicionalmente que se restrinja su ingesta en las recomendaciones dietéticas con el objeto de no incrementar la colesterolemia.
Los estudios revelan que el incremento de Colesterol total y del cLDL tras el consumo de huevos es discreto, siendo aún menor en dietas pobres en grasa saturada.
Hay una amplia variabilidad interindividual en esta respuesta. Solo 1/3 de los individuos son hiperrespondedores y estos experimentarían un incremento de LDL y HDL, pero sin modificar el cociente aterogénico colesterol LDL/HDL.
El consumo de huevos favorece el desarrollo de partículas LDL grandes y poco aterogénicas.
Los resultados de los estudios no apoyan que la ingesta de huevos se asocie al desarrollo de enfermedad coronaria.
Hay evidencias que sugieren una disminución del riesgo de accidente cerebrovascular del 12% con un consumo diario.
En un seguimiento de una cohorte poblacional durante al menos 20 años no se apreció asociación entre el consumo semanal de hasta cinco huevos y el RCV, IAM, insuficiencia cardiaca, DM2 y mortalidad por cualquier causa.
Los datos del seguimiento de seis cohortes norteamericanas encontraron asociación de la mayor ingesta de huevos con el RCV y la mortalidad por todas las causas, aunque la relación ya no era significativa después de ajustar el consumo de colesterol en la dieta. Los norteamericanos suelen consumir los huevos acompañados de alimentos procesados y grasas.
En un estudio español, PREDIMED, el consumo de huevos no se asocia de forma significativa con el RCV en la población incluida.
Los recientes documentos sobre las recomendaciones en la prevención cardiovascular señalan aconsejable la frecuencia de consumo de hasta un huevo entero diario en cualquier preparación culinaria, aunque limitan en pacientes con diabetes su ingesta a un máximo de tres a la semana.
Las evidencias científicas sugieren que el consumo de huevos no es perjudicial y puede formar parte de una dieta saludable.
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Patrones de vida y alimentación
La importancia de los Patrones alimentarios
Las nuevas evidencias en el campo de la nutrición enfatizan, no en el consumo de nutrientes, sino en el de alimentos y, sobre todo, en el de patrones alimentarios.
Existe una sólida evidencia en el beneficio de los patrones alimentarios de base vegetal, bajos en ácidos grasos saturados, colesterol y sodio, con un alto contenido en fibra, potasio y ácidos grasos insaturados.
Estos reducen la expresión de los factores de Riesgo cardiovascular en los pacientes que siguen estas formas de alimentación y disminuyen el riesgo de eventos cardiovasculares y mortalidad.
Existen diversos modelos o patrones de dieta considerados saludables. Estos modelos se diferencian en la importancia que dan a distintos aspectos, tales como la selección de alimentos, el control de sus cantidades, contenido en nutrientes y el aporte calórico total.
Los modelos más conocidos son: la dieta mediterránea, la dieta Dietary Approaches to Stop Hypertension (DASH), la dieta baja en hidratos de carbono (HC) y la dieta vegetariana.
La dieta mediterránea se basa en;
- Principalmente un consumo de hortalizas, frutas, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas.
- Un consumo moderado-alto de aceite de oliva como la fuente principal de grasa.
- Tienen un consumo bajo-moderado de lácteos, pescado y aves.
- Además un bajo consumo de carnes rojas.
Esta dieta ha demostrado ser efectiva tanto en la mejoría del control glucémico como de los factores de riesgo cardiovascular.
Algunos de los factores que pudieran intervenir en esta mejoría en salud son la disminución moderada de HC a menos del 50 % de las calorías diarias totales, el alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados, la compleja mezcla de micronutrientes y antioxidantes naturales.
Comparada con la dieta basada en las recomendaciones de la American Diabetes Association (ADA), tanto la dieta mediterránea tradicional como la mediterránea baja en HC muestran beneficios, si bien la baja en HC resulta más eficaz sobre el perfil lipídico.
El estudio realizado en España, aleatorizado, multicéntrico, de Prevención con Dieta Mediterránea (PREDIMED), mostró beneficio en la reducción de eventos cardiovasculares con una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva extra, virgen y frutos secos variados comparada con otra dieta que recomendaba la American Heart Association (AHA) más pobre en grasas.
Esta ha sido una idea novedosa porque nos ayuda en enfatizar en la importancia del tipo de grasa ingerida y no tanto en la cantidad de esta. El estos pacientes se aumentó la cantidad de grasa ingerida (principalmente monoinsaturada) pero no se reflejó en un aumento de peso de los pacientes y si en un beneficio cardiovascular.
La dieta DASH, citada en las recomendaciones de la ADA 2020, remarca el consumo de frutas, vegetales, lácteos desnatados, cereales y granos integrales, aves, pescado y frutos secos. También la reducción de grasa saturada, carne roja, azúcar y bebidas azucaradas, además de la reducción de sodio.
Esta dieta ha demostrado la mejoría significativa del peso, glucemia basal, presión arterial, cHDL, cLDL y HbA1c. Otro estudio que incluían personas con DM2 mostró que la adherencia a la dieta DASH se asociaba a una reducción de eventos cardiovasculares.
Dieta vegetariana
Una revisión sistemática y metaanálisis de estudios prospectivos de cohorte y observacionales muestra asociación entre los modelos de dietas vegetarianas y la protección en la incidencia de enfermedad coronaria fatal y no fatal.
Existe una mejoría en el control del peso y el perfil lipídico, tanto en sujetos con o sin DM2.
Estudios observacionales encuentran menor prevalencia de DM2 en sujetos vegetarianos que en la población general, mientras que estudios de intervención realizados en personas con DM2 observan que las dietas vegetarianas conducen a mayor reducción de peso, glucemia basal, HbA1c y mejor control lipídico que una dieta hipocalórica convencional.
“Elige un patrón de vida y alimentación, seguro será una buena intervención en salud”
La Edad y pérdida de peso
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria considera que la prevalencia del sedentarismo es superior a la de cualquier otro factor de riesgo como el tabaquismo o el consumo de alcohol, ya que solo un 12% de la población practica ejercicio físico de forma adecuada.
El Eurobarómetro de 2006 nos muestra que en Europa existe un déficit de actividad física. En la población española este déficit se centra especialmente en actividades de tipo no deportivo.
- Un 49% de la población europea refiere actividad física en el trabajo muy limitada o nula, el porcentaje es 56% entre la española.
- En Europa un 35% de población usa generalmente medios de transporte de tipo sedentario, 49% entre la española.
- El 31% de población europea relata poca actividad en trabajos caseros, 50% entre la española.
- La población europea dedica 91.5 minutos diarios a actividades vigorosas por 55 minutos la española.
- En Europa dedican 1.6 días semanales a este tipo de actividad, los/as españoles/as solo 1 día semanal.
- La población europea hace actividades moderadas 2.4 días semanales, por 2 días la española.
La Encuesta Nacional de Salud los resultados de 2008 muestran que un 18% de hombres y un 22% de mujeres no realizan actividad física en el tiempo libre. Por grupos de edad, en la franja de 16 a 74 años el sedentarismo oscila entre un 25% (hombres de 65-74 años) y un 46% (mujeres de 35-44 años). Si examinamos la intensidad de la práctica vemos como un 54% de hombres y un 68% de mujeres no alcanza una intensidad moderada.
Respecto a las diferencias por Comunidades Autónomas observamos un patrón similar al de prevalencia de la obesidad. Andalucía (70.3%), Asturias (68.3%, en esta Comunidad el patrón difiere al del sedentarismo), Ceuta y Melilla (67%) y la Comunidad Valenciana (64.6%) son las comunidades con mayor porcentaje de población sedentaria. Por el contrario, el País Vasco, con un 40.5% de población inactiva, Navarra (47.1%), y Cataluña (49.2%) fueron las comunidades con menor porcentaje de población sedentaria.
EFECTOS
La falta de actividad física se asocia a mayor riesgo de diabetes mellitus, osteoporosis, depresión, y algunos tipos de cáncer, en especial de mama y colon.
La actividad física desempeña un papel fundamental en la prevención y control del exceso de peso corporal. El Informe Mundial de Salud de 2002 ha estimado que más del 3% de toda la carga de enfermedad en los países desarrollados se debe a la inactividad física, y que más del 20% de la enfermedad coronaria y del 10% del ictus en estos países se debe a la inactividad.
Evitar el estilo de vida sedentario durante la vida adulta puede alargar la esperanza total de vida y la esperanza de vida libre de ECV (en unos 1,3-3,5 años).
El entrenamiento físico tiene una amplia variedad de efectos beneficiosos en el curso de la aterosclerosis y reduce un 20-25% la mortalidad total.
Los efectos de la actividad física sobre la salud podrían dividirse en cuatro grupos:
- Los relacionados con la prevención primaria, es decir, que ayudan a evitar la aparición de ciertas enfermedades, como pueden ser la hipertensión, la cardiopatía coronaria, la osteoporosis e incluso algún tipo de cáncer.
- La actividad física es también importante en la prevención secundaria al formar parte del tratamiento precoz de algunas enfermedades, como la cardiopatía coronaria y la osteoporosis.
- En relación con la prevención terciaria, tiene efecto sobre el tratamiento, la recuperación y la prevención de recaídas en ciertas patologías, entre las cuales se hallan la hipertensión arterial, la cardiopatía coronaria, la diabetes mellitus, la osteoporosis y la depresión.